La mayoría de nosotros confiamos en el lugar donde compramos nuestros alimentos para garantizar que nuestros alimentos sean seguros, pero si no se siguen los procedimientos en toda la cadena alimentaria global, existe el riesgo de que nuestros alimentos se contaminen con una amplia variedad de peligros químicos o biológicos, como pesticidas, residuos veterinarios, bacterias, virus o toxinas.